La historia del Polvorón Carlos I
Cuenta la leyenda que el monarca Carlos I hacía acopio de sus exquisitos polvorones antes de cada batalla, para degustarlos junto con sus oficiales como alimento antes del combate y como premio después de las victorias. Así enviaba a sus maestros pasteleros un bando con el encargo de su puño y letra donde figuraba su firma Regia. Nos adentramos en la etapa final del monarca.
Las más nobles casas del imperio se han deleitado con tan exquisito bocado desde hace siglos. Carlos I es un polvorón supremo, elaborado con la máxima calidad y utilizando solo ingredientes seleccionados.
Una historia ligada a una emblemática confitería artesana y familiar que se caracteriza por conservar la historia y tradición.
Una etiqueta en cada polvorón identifica el número y lote de cada pieza, como un bocado único. La edición limitada y numerada garantiza la exclusividad de este dulce extraordinario. Hechos a mano, trabajo artesano.
Oscar Ciordia
«Solo quería compartir con vosotros mi más grande y sincera enhorabuena por vuestros maravillosos manjares. Ayer compré unos polvorones Carlos I en una tienda del barrio y son maravillosos. Me retrotrajeron a mi niñez, cuando mi madre me compraba unos polvorones en la plaza mayor de Madrid. Desde entonces no había probado algo igual. De nuevo, enhorabuena! Es maravilloso ver cómo sigue habiendo auténtica artesanía en nuestra España.»